La muestra conjunta con Lanceta y Stojka continúa en pie.fmc con Mónica Valenciano y Nathalie Bellón
El pasado día 5 de junio tuvo lugar en la sede de la pie.fmc la inauguración de la exposición Tejido doble, concebida como un diálogo entre las obras de las artistas Teresa Lanceta y Ceija Stojka en la exposición que estará disponible en calle Descalzos, 8, hasta el próximo 31 de julio. Esta exhibición constituye el inicio del proyecto principal del nuevo programa de la pie.fmc, que tendrá continuación con las muestras de las artistas Mónica Valenciano y Nathalie Bellón, así como la transformación del montaje expositivo de las piezas textiles de Teresa Lanceta. A través de esta exposición, se da inicio a un proceso de reflexión artística en el que convergen experiencia y experimento como principales mecanismos de indagación sobre las formas de hacer del campo cultural flamenco contemporáneo.
Una rueda de prensa realizada el día 4 del mismo mes antecedió a la inauguración expositiva. En ella, se habló del programa e intenciones de la pie.fmc tras la instauración de su nueva sede. El día siguiente a la rueda de prensa dio inicio el acto de inauguración expositiva a las 12:00 horas. La exposición cuenta con diferentes piezas de ambas de Teresa Lanceta y Ceija Stojka, dispuestas de manera que parecen establecer un diálogo por su orientación y disposición en distintos lugares de la sala.
Pedro G. Romero explicaba la intencionalidad de esta muestra y la relevancia de la misma como inauguración de pie.fmc con las siguientes reflexiones que nos ayudan a ampliar aún más los significados y las narrativas propuestas para los próximos meses en pie.fmc:
“La pie.fmc toma un nuevo rumbo. Con la exposición romper el aire, en la galería Alarcón Criado de Sevilla, en medio de las urgencias de la pandemia, anunciábamos nuestra intención de dedicar espacio y tiempo a entender el campo artístico que se genera desde el sensible flamenco. No se trata solamente de representar un cante o un baile, desde la perspectiva de lo flamenco pueden entenderse muchas otras maneras de hacer. Nuestra intención es ir enseñando, poco a poco, ese campo propio, abrir territorio a la afición, tejer complicidades que amplíen significados, que entiendan de una vez que lo importante –esto el flamenco lo sabe bien- no son los signos sino los ritmos.
Es esa voluntad de crear tejido la que nos ha llevado a inaugurar nuestro espacio con una artista emblemática, a nuestro parecer, con una manera de hacer propia y, a la vez, muy imbricada en el campo sensible de lo flamenco: Teresa Lanceta. En distintas exposiciones, ya participadas por la pie.flamenca, máquinas de vivir* o una forma de ser**, se ha señalado la manera en que Lanceta cose el flamenco y lo gitano en su trabajo. Los tejidos de Lanceta funcionan como una suerte de notación biográfica. Cada vínculo, cada urdimbre es una notación sobre su vida, combinando con gracia experiencia y experimento. A menudo, en Barcelona, Granada, Sevilla y Madrid, Teresa Lanceta ha vivido con mujeres gitanas y flamencas y esos vínculos están tramados en sus tapices de forma explícita y sensible. Aquí presentamos a tres de estas mujeres, las que dan nombre a las piezas Marina, Charo y Rocío y algunos de los paisajes donde convivieron, Red de San Luis, Sevilla, Tijarafe y el díptico viajero Oran-Alicante y Alicante-Orán.
Lo que el trabajo de Teresa Lanceta nos proporciona, entonces, es toda una declaración de principios. Esa urdimbre entre experiencia y experimento, ese es el modelo que la pie.flamenca quiere tomar como modo de hacer, desarrollar así un trabajo alrededor de los modos en que el flamenco construye su campo artístico. Ir tejiendo, poco a poco, voluntades y potencias que convoquen sus practicas, investigaciones, expresiones y trabajos vividos ahí, en alguno de los múltiples significantes de lo flamenco. Por eso, con el hacer de Teresa Lanceta no hacemos una simple exposición sino la muestra de todo un dispositivo de trabajo. Con sus tapices, además, el dispositivo coincide punto por punto con el display y, así, a los largo de estos meses, sus tapices, moviéndose en el espacio, acogerán los trabajos de otras tres artistas: Ceija Stojka, Mónica Valenciano y Victoria Gil, dibujos y anotaciones de todas ellas que se vinculan de muy distintos modos con el campo por el que anda nuestro pie.flamenco (sí, es indistinto, nuestro pie. unas veces, flamenca y otras flamenco, de las dos maneras puede decirse).
Es una artista gitana, sí, y es que, pensamos, sin conocer el mundo gitano, y por extensión el mundo romaní, es imposible entender lo flamenco, que en jerga significa originalmente eso, gitano. Podría decirse que esta es toda una declaración gitanista, como también podríamos ser llamados feministas por empezar este primer ciclo expositivo mostrando sólo el trabajo de mujeres. No es una actitud polémica, la discusión sobre si el flamenco es gitano o payo es limitada y pobre. Pero sí, el conocimiento de lo gitano es uno de los propósitos de nuestro campo.
Y Ceija Stojka es una artista que nos proporciona una caja de herramientas particular. Su trabajo narrativo en torno al porrejmos, el nombre que la comunidad romaní da a la persecución y exterminio que los gitanos sufrieron en Europa bajo el régimen de terror nazi es intenso. Fue al final de su vida que Ceija empezó a contar, pues sus dibujos tienen algo que ver con la narración oral, los sucedidos de su infancia en los campos de Auschwitz, Ravensbrück y Bergen-Belsen. Esa oralidad está en la base del trazo de sus dibujos, lejos de la mímesis académica, es verdad, pero dotados de una poderosa visualidad hija de la fotografía, el cine y la televisión, medios de información que acabaron de dar forma a su memoria. Lo que Ceija hace es convertir su sufrimiento en una suerte de mitologema para, así, poder contarlo. Por supuesto, muchas de las pautas de la cultura lovara en la que creció Stojka, dan forma a estos dibujos-relato. Mitos propios –el pájaro negro, el bosque, el chusqué- de su cultura que se entretejen con sus figuraciones. Creo que a Ceija, que vivió muchos años de la venta de tapices y alfombras, le habría gustado que su obra se presentara entre los telares de Teresa Lanceta.
Obviamente, aunque Ceija cantaba –sus grabaciones son emocionantes- y alguno de sus hijos se dedicó profesionalmente a la música, no es exactamente flamenca su música, aunque, el klezmer, las músicas de judíos y gitanos de Centroeuropa debería leerse algún día en comparación con nuestro flamenco. Creemos, no obstante, que atendiendo al modo de hacer de Stojka podemos aprender mucho de cómo la comunidad gitana en la Península Ibérica hace suyas músicas y danzas que, a la postre, conocemos en el campo del flamenco.
Finalmente, alguna nota sobre la manera en que en este montaje –cambiará su disposición cuando le llegue el momento a Mónica Valenciano o a Nathalie Bellón-, en el que el dispositivo de Teresa Lanceta se trenza con los dibujos de Stojka. Hay algo que va por debajo de los tapices de Lanceta que el trazo de Stojka pone en evidencia. Y viceversa, la función de tapar y enseñar con que estos tapices arropan los dibujos de Stojka habla, también, de la importancia del secreto, de la confidencia, del susurro, un tono adecuado para lo que estos grafismos denuncian.
De todo esto aprende la pie.fmc. Enseñar, algo que se pretende en cualquier exposición, tiene un segundo significado, quizás pedagógico, y por eso digo que en la pie.fmc lo que queremos con este proyecto es, precisamente eso, aprender.
Notas:
*mostrada en CentroCentro de Madrid y Virreina de Barcelona, hay publicación en Puente Editores.
** mostrada en la Kunstvereim de Stuttgart, Alemania, que ha editado una guía de la muestra.”